La estética personal y la influencia de los dentistas

La estética personal y la influencia de los dentistas

Todos queremos una sonrisa bonita y perfecta, y eso es trabajo de los dentistas, pero sólo en parte, la gran mayoría de la responsabilidad sobre nuestra boca es nuestra. Su trabajo es arreglar cualquier problema, pero del mantenimiento de nuestra boca para que esté sana, limpia y saludable es principalmente nuestro.

Un dentista puede mejorar tu sonrisa y tu autoestima

Partiendo de esa premisa, es muy importante recordar que una sonrisa es perfecta cuando está sana, no cuando luce excepcionalmente blanca. Claro está que todos queremos la sonrisa perfecta, pero tenemos la dentadura que nos ha tocado y podemos modificar hasta cierto punto lo que tenemos en nuestra boca.

Siempre recomendamos acudir al odontólogo ante cualquier dolencia, y por supuesto de forma periódica para asegurar la limpieza y el saneamiento de tu boca. Pero también puede suceder que tengamos los dientes sanos pero mal colocados, de una forma extraña o coloreados por cosas como el café, el tabaco o algún pequeño accidente que tuviste de pequeño y que te debilitó la encía o te ensució alguna de tus piezas dentales.

En ese caso también recomendamos que acudas a tu odontólogo de confianza, e incluso si quieres a más de uno, porque ellos son los que encontrarán la fórmula perfecta para que estés totalmente contento o contenta con tu boca sin que sea un problema para tu salud. La estética es muy importante, especialmente si tu trabajo es de cara al público: da igual si eres promotor de ventas, dependiente, actor o cantante, si tu boca está en los ojos de todos, es evidente que, al margen de la salud, el aspecto de tus dientes ha de ser perfecto y a prueba de comentarios y posibles pilladas vía foto o vídeo.

La seguridad de una persona empieza dentro, pero continua por su exterior. Con pequeños arreglos, implantes o incluso cirugía, puedes lucir una boca mucho más acorde con lo que buscas, pero es algo delicado, por lo que revisa todas las opciones, cuenta con todas las variables, peligros y costes y entonces toma una decisión. Eso sí, toma la decisión sopesándola con tu odontólogo, con tu familia y personas de confianza, que te ayudarán a entender si tu problema es verdaderamente grave y necesita una intervención fuerte o en cambio se puede arreglar de otra forma menos invasiva.

El odontólogo siempre buscará la opción más cómoda para ti. Puede haber problemas con el dinero, pero siempre se puede hablar, lo importante siempre es tu salud y en el caso de que se trate de algún problema de índole estética, encontrar una solución adecuada, sana y que te ayude a sentirte bien contigo mismo o contigo misma y que puedas continuar cuanto antes con tu vida normal sin problema alguno que te haya causado tu boca.

Algo está claro: has de reconocer cuál es el problema con tu boca, hablarlo con el médico y llegar a una conclusión saludable para ti y que te ayude a continuar con la vida que quieres y te mereces.